¿Qué es el arte? ¿Por qué está presente en la vida humana? ¿Qué nos conduce a involucrarnos con el arte?
Estas y más preguntas pueden surgir cuando se trata de encarar a este fantasma que llamamos arte.
Es difícil definir el arte porque hay muchos enfoques desde los que se puede abordar como son la creatividad, la expresión de emociones, la búsqueda de la belleza, la comunicación de ideas o ideologías, la manifestación de la emancipación sobre algo, la admiración por la diversidad de la naturaleza, el desarrollo de formas de lenguaje, la búsqueda de reconocimiento o una forma de registrar la memoria de una cultura, una vida o una época.
Una posición cómoda que se libera del debate es decir que “Arte es lo que hacen los artistas”.
Una posición cómoda que se libera del debate es decir que “Arte es lo que hacen los artistas”. Cómoda, porque evita la tensión de dar con una definición suficientemente contenedora e integral, pero en cierta forma inteligente porque transmite la idea de arte como una expresión del ser humano que puede tomar muchas formas desde la acción o la actuación fundamentada en una estructura creativa. De modo que, quizá eso es lo que le da un carácter fantasmagórico y amorfo a la concepción del arte.
Un intento de definición
Por mi parte, con osadía y respeto a la vez, me tomo el atrevimiento de dar una opinión sobre mi visión del arte.
El arte es una experiencia que se toma el ser humano para activar los recursos que la naturaleza le provee, en la cual es trasladado a una dimensión creadora en la que se vuelve sensible a las manifestaciones de un lenguaje metafísico del que puede tomar pequeños fragmentos que albergan suficiente potencia para dar origen a la inspiración. El resultado de esta actividad es lo que llamamos “obra de arte”, en otras palabras, es la forma que toma el arte como si fuera un espíritu que se incorpora a un soporte que puede ser una pintura, una escultura, un texto, una melodía, una actuación, etc., para manifestarse al mundo.
“La obra de arte es la forma que toma el arte como si fuera un espíritu que se incorpora a un soporte para manifestarse al mundo”
— Juan Mora
De lo anterior, entonces supongo que el arte está presente en la acción misma del artista en el proceso de realización de la obra, incluso desde su concepción previa, como en la obra misma.
Entonces, cabe preguntarse ¿Está presente el arte antes del surgimiento de la idea?
Si nos posicionamos en la visión de que el arte está presente independiente del artista, entonces podríamos decir que más allá de crear, el artista lo que hace es descubrir aquello que llamamos arte a partir de una reflexión y proceso creativo.
Por otro lado, si suponemos que el arte surge a partir de la experiencia y el proceso creativo, entonces el artista se eleva a una posición un tanto espiritual puesto que su ejercicio le convierte en un creador.
En cualquiera de los dos casos, el arte se manifiesta valiéndose del artista como descubridor o creador para ser un producto que depende de la mirada del observador para cobrar vida.
Entonces, el componente humano toma un papel protagónico para la esfera del arte dado que el artista y el observador, cada uno desde sus visiones, le dan al arte su permanente y efímera existencia.
En muchos aspectos, puede vérsele como inútil. sin embargo no deja de sorprender cómo a lo largo de la historia, el arte ha estado presente acompañando al ser humano, como una necesidad profunda y misteriosa generadora de estados de placer lejanos a nuestra comprensión.
Arte y humanidad
¿Qué es el arte? ¿Por qué está presente en la vida humana? ¿Qué nos conduce a involucrarnos con el arte?
Estas y más preguntas pueden surgir cuando se trata de encarar a este fantasma que llamamos arte.
Es difícil definir el arte porque hay muchos enfoques desde los que se puede abordar como son la creatividad, la expresión de emociones, la búsqueda de la belleza, la comunicación de ideas o ideologías, la manifestación de la emancipación sobre algo, la admiración por la diversidad de la naturaleza, el desarrollo de formas de lenguaje, la búsqueda de reconocimiento o una forma de registrar la memoria de una cultura, una vida o una época.
Una posición cómoda que se libera del debate es decir que “Arte es lo que hacen los artistas”. Cómoda, porque evita la tensión de dar con una definición suficientemente contenedora e integral, pero en cierta forma inteligente porque transmite la idea de arte como una expresión del ser humano que puede tomar muchas formas desde la acción o la actuación fundamentada en una estructura creativa. De modo que, quizá eso es lo que le da un carácter fantasmagórico y amorfo a la concepción del arte.
Un intento de definición
Por mi parte, con osadía y respeto a la vez, me tomo el atrevimiento de dar una opinión sobre mi visión del arte.
El arte es una experiencia que se toma el ser humano para activar los recursos que la naturaleza le provee, en la cual es trasladado a una dimensión creadora en la que se vuelve sensible a las manifestaciones de un lenguaje metafísico del que puede tomar pequeños fragmentos que albergan suficiente potencia para dar origen a la inspiración. El resultado de esta actividad es lo que llamamos “obra de arte”, en otras palabras, es la forma que toma el arte como si fuera un espíritu que se incorpora a un soporte que puede ser una pintura, una escultura, un texto, una melodía, una actuación, etc., para manifestarse al mundo.
De lo anterior, entonces supongo que el arte está presente en la acción misma del artista en el proceso de realización de la obra, incluso desde su concepción previa, como en la obra misma.
Entonces, cabe preguntarse ¿Está presente el arte antes del surgimiento de la idea?
Si nos posicionamos en la visión de que el arte está presente independiente del artista, entonces podríamos decir que más allá de crear, el artista lo que hace es descubrir aquello que llamamos arte a partir de una reflexión y proceso creativo.
Por otro lado, si suponemos que el arte surge a partir de la experiencia y el proceso creativo, entonces el artista se eleva a una posición un tanto espiritual puesto que su ejercicio le convierte en un creador.
En cualquiera de los dos casos, el arte se manifiesta valiéndose del artista como descubridor o creador para ser un producto que depende de la mirada del observador para cobrar vida.
Entonces, el componente humano toma un papel protagónico para la esfera del arte dado que el artista y el observador, cada uno desde sus visiones, le dan al arte su permanente y efímera existencia.
En muchos aspectos, puede vérsele como inútil. sin embargo no deja de sorprender cómo a lo largo de la historia, el arte ha estado presente acompañando al ser humano, como una necesidad profunda y misteriosa generadora de estados de placer lejanos a nuestra comprensión.
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